Al otro lado by M. C. McCarthy

Al otro lado by M. C. McCarthy

autor:M. C. McCarthy
La lengua: eng
Format: epub
editor: Caligrama
publicado: 2017-11-16T00:00:00+00:00


Capítulo 24

Marcos

¿Cómo estar enamorado de una persona a la que no conoces? La persona con la que me había cruzado, Valeria, era igual que mi mujer, pero acababa de darme cuenta de que, en realidad no era ella. Valeria no era Casandra. Pero a la vez sí lo era.

Es como si fueran dos hermanas gemelas que han llevado una vida completamente distinta. Al fin y al cabo, los seres humanos somos lo que somos por lo que hemos vivido. Cada uno ha forjado su personalidad a raíz de las situaciones que ha ido afrontando.

Por eso, sabía que Valeria era distinta a Casandra, aunque, físicamente fueran idénticas. Valeria había tenido una vida distinta a Casandra (estaba seguro de ello), por eso era una persona distinta, y por eso sabía que tenía que conquistarla.

¿Conquistarla? ¿En qué estaba pensando? No había venido aquí para conquistarla, sino para comprobar que tenía una buena vida y era feliz.

Tenía que averiguar si era feliz realmente, por ello tenía que hacerme su amigo. Así sabría más de ella.

“Claro, Marcos… Has venido solo para ser su amigo…”

Negué a mi subconsciente el hecho de que podría tener razón. Yo nunca podría ser amigo de Valeria. Si estaba en su vida era para tenerla del todo, pero me permití dejar de pensar en eso y dejarlo para más tarde.

Ahora mismo tenía que hacerle un favor a Javier. Debía ir a la biblioteca y buscar a su familia. Él me lo había pedido, y lo iba a hacer. Era lo primero que tenía en mente hacer al llegar esta mañana, pero… Tenía que verla primero.

Cuando vi la fachada del edificio donde trabajaba Valeria la busqué por todas partes, pero como había tanta gente yendo de un lado para otro no lograba verla.

Creí que ya había entrado a trabajar o que era su día libre, e iba a irme, pero, al andar observando atrás la fachada por si lograba verla, me tropecé… Con ella.

Parecía que el destino había dado en el calvo después de todo. Nos habíamos chocado por casualidad en una ciudad donde podría haberme cruzado con otras miles de personas. Pero la suerte me sonreía.

Sentí nostalgia, miedo, pero paz a la vez, cuando nos tocamos y sentí la misma sensación que tenía con Casandra. Ella era la única que hacía que se me pusiera la carne de gallina solo con mirarme o tocarme. Era increíble y aterrador a la vez.

Todo era perfecto hasta que ella apareció. ¡Y era nada más y nada menos que su jefa! Quería no volver a verla jamás en mi vida, pero…. No podía ser. Rosa, la jefa de Valeria, era, en mi mundo, en mi dimensión, Fabiola. La mujer que más odiaba en el mundo por haberme hecho caer tan bajo. En esta dimensión esa mujer era su jefa.

Pero por mas que quiera alejar a Fabiola, o Rosa, de la vida de Valeria, no podía hacerlo. Esta era su vida. Ahora, mi cometido era saber si era feliz.

Al sentir lo mismo que antes, cuando era feliz, temí perder a Valeria también.



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